Un estudio muestra que el harmol retrasa el envejecimiento en modelos preclínicos
Valencia, 25 de julio de 2023.- El Centro de Investigación Príncipe Felipe participa en un estudio internacional multicentro liderado por el Dr. Pablo J.Fernández-Marcos, de IMDEA Alimentación muestra que el harmol -un compuesto de la familia de las betacarbolinas conocidas por sus efectos neurológicos- mejora la función del músculo esquelético y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.
El tratamiento con harmol extendió significativamente la esperanza de vida en dos modelos de invertebrados. Además, el tratamiento mejoró la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en un modelo de prediabetes. Finalmente, entre los cambios a nivel neuromuscular, se pudo observar una reducción muy significativa en la fragilidad en animales viejos tratados con harmol.
El harmol está presente en muchos alimentos como el café, carnes, pescados o cereales, así como en las hojas de tabaco. A las dosis utilizadas en el estudio, el harmol no mostró ninguna toxicidad y muy escasos efectos sobre el sistema nervioso central, en concordancia con su escasa capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica y, por tanto, alcanzar el cerebro.
Los resultados de la investigación se han publicado recientemente en la revista Nature Communications en un artículo titulado ‘Peripheral modulation of antidepressant targets MAO-B and GABAAR by harmol induces mitohormesis and delays aging in preclinical models’.
El envejecimiento muscular está asociado a un colapso energético que se explica por una alteración en la mitocondria, uno de los componentes celulares más relevantes, puesto que es el principal responsable de la producción de energía de las células. La disfunción mitocondrial ocasiona la aparición y progresión del deterioro funcional asociado a la sarcopenia (pérdida de masa y potencia muscular que ocurre durante el envejecimiento) y al síndrome geriátrico de la fragilidad.
La disfunción mitocondrial asociada a la edad puede modularse a través de diferentes intervenciones dirigidas a mantener las mitocondrias en buenas condiciones. Estas estrategias se basan en la inducción de un estrés mitocondrial leve que desencadena una respuesta compensatoria coordinada entre el núcleo y las mitocondrias, lo que da como resultado una mejora en la función mitocondrial. El harmol activa en las células unas vías de señalización que, en última instancia, son capaces de mejorar las mitocondrias y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.
El envejecimiento de la población es un gran reto porque no hemos sido capaces de alargar la expectativa de vida con buena salud. Se calcula que actualmente pasamos un 20% de nuestra vida enfermos.
Enlace artículo https://doi.org/10.1038/s41467-023-38410-y